En mi último post les escribí algunos slogans de marcas de pañales para invitarl@s a reflexionar sobre la maternidad perfecta!

Esa maternidad romántica, de la madre abnegada y la superwoman. Esa mamá que esta feliz, impecable, maquillada, peinada y seguramente hasta perfumada mientras le cambia el pañal a su bebe recién nacido. Si, hablemos de esa mamá que muestran en los comerciales de tv.

Y es que sin animo de estigmatizar nada, la realidad es que los medios promueven una maternidad romántica que a la larga termina siendo muy tóxica porque genera culpa en todas las mamás reales que no logramos cumplir con todos esos estándares que nos presentan, simplemente porque esa maternidad perfecta es una falacia!

La verdad es que todas conocemos los cambios que genera la maternidad a nivel físico, mental, pero también a nivel de pareja, laboral e incluso a nivel social, y estos cambios nunca están perfectamente alineados ni sincronizados de tal manera que podamos responder “a la altura”, o de acuerdo con lo que se espera de nosotras las mamás.

Por eso digo que la maternidad y la mamá perfecta NO EXISTEN simplemente porque aunque pretendas serlo, siempre te vas a encontrar frente a la disyuntiva de ser una buena o una mala madre. Por ejemplo, si eres madre con 20 y pico años eres una madre muy joven, en cambio si eres madre con 40, eres una madre vieja. Si eres madre de un solo hij@. te van a preguntar cuando vas a tener otro? Pero si tienes 2, 3 o más hijos, cuándo te vas a operar?! Si tienes un trabajo que implica dejar a tus hijos al cuidado de otra persona, ¿no te parece muy difícil dejar a tus hij@s? Y si estas en casa 100% para encargarte de ell@s, ¿cuándo vas a empezar a trabajar? Etc.

Así que si lo piensas bien, parece que al final todas lo hacemos mal! ¡¿Entonces, todas somos malas madres?!

Pues NO! …

Yo personalmente estoy convencida de que las buenas madres SOMOS TODAS las que hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos! Eso implica no solo lo material, sino también todo lo que cargamos con nosotras, nuestra formación, la manera como fuimos educadas y nuestra propia historia de vida!

Así que ánimo! Que nadie nos diga que somos #malasmadres

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